El linóleo está fabricado a partir de materias primas naturales, de aceite de lino oxidado, combinado con resinas de cargas orgánicas, de polvo de corcho y de madera y de colorantes mezclados para formar una pasta, que es enseguida prensada en caliente, sobre una tela de yute. (El lino-corcho es una variante del linóleo que contiene unos gránulos de corcho más bastos y otros aglomerantes). Los revestimientos de linóleo, tienen un espesor de 2 a 6 mm.; los anchos son generalmente de dos metros. El linóleo puede también fabricarse en losas, de diversos tamaños. Las juntas pueden ser soldadas.
El linóleo es recubierto en fábrica con una película de protección. Como su superficie es estanca y lisa, el linóleo es muy fácil de limpiar. Es resistente a los ácidos, aceites, grasas y disolventes y a Ia humedad. Pero mucha atención con el empleo de productos básicos. No dejar actuar largo tiempo, los decapantes alcalinos; aunque sirven para sacar las manchas de pintura, los decapantes alcalinos atacan al aceite de lino oxidado que contiene el linóleo y dejan la superficie del revestimiento porosa.
No fregar jamás con detergentes muy alcalinos (sosa, jabón blando) o con decapantes muy alcalinos. No fregar con agua muy caliente.
Para eliminar las viejas capas de dispersiones acrílicas, utilizar un decapante especial para linóleo diluido.
No tratar el linóleo con las dispersiones acrílicas exentas de ceras o de otras materias grasas. Si la superficie del linóleo es rugosa, deslustrar la primera capa de dispersión acrílica antes que seque con un disco de limpieza rojo. Al decapar viejos linóleos, tener mucho cuidado con las juntas y fisuras. Evitar inundar los revestimientos, aspirar inmediatamente la suciedad. Controlar en un sitio discreto si el revestimiento soporta la acción del producto de limpieza o de mantenimiento.
